domingo, 11 de diciembre de 2011

La despedida.

Llegué a la cafetería una hora antes de la “cita“
-Hola- me dice el que atiende
-Hola, hey Carlos (segun su credencial así se llama), quisiera pedirte un favor-.
-Digame señor-
-Vendrá una chica, se llama Damaris, dale un capuchino vainilla tamaño grande y esta servilleta, dile que la lea hasta que este sentada-
-Ok, serian 39 pesos, gracias que tenga un buen día señor, por cierto quien le digo que se lo manda-
-Am, nadie, ella lo comprenderá-

Me retire de la tienda lo suficiente como para que cuando Damaris llegue, no me vea ahí pero aun puedo ver las mesas que están en el exterior, definitivamente escogerá una de exterior.

Cuando llega Damaris no me ve, pero yo si la veo, y como le pedí el favor al que atiende la cafetería le da la servilleta y espera para su capuchino. Después de unos 5 minutos lo recibe y como predije toma una mesa en el exterior, y desdobla la servilleta.

Damaris:

Hola, no puedo estar contigo de la manera en que quieres, no puedo verte como una amiga, lo siento, no soy así, te quiero demasiado y pretender una amistad contigo, la mejor manera de evitar...nos problemas, es esta.

PD:
Como alguna vez te dije, ningún amor se olvida, solo cambia de lugar en la memoria, bueno te digo que sigues sin cambiar de lugar.

No pude quedarme a ver su reacción, me retire de la escena caminando lejos de la cafetería, recibí una llamada de ella a los 2 minutos... No pude contestar.

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