-¡Santiago, deja ya de excavar!-
Pero Santiago no podía dejar de hacerlo, sabía que se lastimaría si llegaba hasta el final de esto
Era una superficie delgada de nieve por el invierno, y debajo de ella una superficie más densa de hojas secas que cayeron en otoño.
-¡Santiago, deja ya de excavar!- Seguía diciendose a si mismo.
Por más que se lo repetía a si mismo, su manos no respondían y su mente estaba volcada en la idea de verla una vez más.
Finalmente y sin saber el por qué lo había hecho, llego a verla, no estaba como el esperaba verla, tenía una sonrisa, fue entonces cuando se dio cuenta de que su sonrisa es ahora por alguien más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario