Te extraño no por la distancia que nos separa o por el tiempo que tengo sin escuchar el sonido de tu voz, te extraño por los momentos que vivo, y que desearía que estuvieses ahí.
cuando lo simple llega a ser extraordinario, despues de un tiempo se vuelve ordinario, cuando se vuelve ordinario viene lo rutinario y es donde termina la simpleza de lo extraordinario